viernes, 2 de mayo de 2014

El Manantial de Ayn Rand o de la historia de un hombre libre enfrentándose a la masa


La segunda entrada que hice en este blog, ya estaba dedicada a Ayn Rand. He vuelto a las andadas; la primera vez que leí el Manantial fue en el 2010. Han pasado ya cuatro años, y he vuelto a leerlo. Tal vez porque Howard Roark - el protagonista del libro - es uno de esos personajes que le transmiten fuerza a cualquiera, inolvidable. Es esa clase de personajes en los que podrías pensar cuando te enfrentas a una decisión. Perfectamente podrías preguntarte, ¿qué haría Howard Roark en esta situación? Y después de haber leído el libro, sabrías perfectamente la respuesta. Sólo por el hecho de conseguir crear un personaje que el lector recordará perfectamente, en comparación con otros muchos personajes que han desfilado por innumerables novelas y que se olvidan en unas semanas o meses, para mi, la autora ya merece mi respeto. El Manantial es una de las novelas más leídas de Ayn Rand. Si tuviera que elegir, entre sus novelas, dudaría entre Los que vivimos y el Manantial, pero me inclino algo más por Los que vivimos y su protagonista, Kira Argounova.

El Manantial es una oda al individuo frente a la masa. Es una defensa del individualismo frente al colectivismo, del egoísmo racional frente al altruismo, de la integridad frente a la inexistencia de dignidad, de la autorrealización personal frente al sacrificio por los demás, de la razón frente al misticismo, del desarrollo del ingenio frente a la mediocridad, de la expresión del amor a través de la aportación de valor y la mutua admiración frente a las historias de amor basadas en la necesidad.