domingo, 12 de octubre de 2014

El mapa y el territorio de Michel Houellebecq o sobre lo que se ve y lo que no


Michel Houellebecq.Foto de: Alexis Duclos

En los últimos tiempos he estado leyendo fundamentalmente clásicos y necesitaba algo contemporáneo. Hace años que tuve mi primer contacto con Houellebecq con Ampliación del campo de batalla y Plataforma. Era una época algo delicada para mi y cuando leí Plataforma, aunque me gustó, yo estaba algo susceptible y algo me molestó; así que dejé apartado a Houellebecq durante varios años, a pesar de estar esperándome en el estante un libro que un amigo me regaló, y que después de leer éste, sí que voy a leer, las partículas elementales. Como digo, ahora he vuelto con el francés porque ya están superadas algunas de las tonterías que yo tenía por entonces.

El mapa y el territorio es su última novela y ha recibido el Premio Goncourt en 2010. Todos los que hayáis tenido algún contacto con esa nueva ola de psicología, coaching, mentoring, inteligencia emocional o X seguro que os suena esa frase de "el mapa no es el territorio". No sé si Houellebecq ha pensado en esto a la hora de elegir su título o simplemente es un juego suyo debido a que el protagonista de la novela, Jed Martin, es un fotógrafo cuyos inicios consistieron en la realización de exposiciones sobre mapas de carreteras Michelin; o quizá porque Houellebecq es capaz de mostrar en este libro el mapa de cualquier persona - Jed, fotógrafo y pintor, rodeado de mujeres atractivas, exitoso con el tiempo y sin problemas - y el territorio - una persona con tendencia a aburrirse con sus proyectos, aunque estos le reporten dinero, incapaz de mantener relaciones amorosas con cierto compromiso, con una relación paternal fría, y todas esas cosas que en general, los demás no saben de nosotros. Lo que se ve - el mapa - y lo que es y no se ve globalmente - el territorio.