Justo hace un rato, he terminado de leer "Patria" de Fernando Aramburu. Una novela imprescindible que refleja la deriva fascista de una parte del País Vasco, la cultura del abertzale y su más que frecuente desembocadura final en ETA. Lo que ocurrió en el País Vasco en los últimos 40 años visto a través de dos familias de euskaldunes, cuyos miembros, durante muchos años. fueron íntimos amigos, y que, el fascismo etarra - y otras muchas pasiones humanas, como el orgullo - separó. El padre de una de ellas, el Txato, un empresario asesinado y el hijo de la otra familia, Joxe Mari, chicarrón abertzale y visitante habitual de la herriko taberna, que pasó a ser miembro activo de ETA.
Hace un tiempo que vi un documental llamado Bertsolari, por el que pude conocer una parte de la cultura vasca y sus raíces; me llegó muy dentro. Y me ha vuelto a pasar con este libro, con el que por cierto, más de una vez a lo largo de su extenso recorrido de 643 páginas, he derramado alguna que otra lágrima. Minuciosa, sin orden cronológico pero con orden emocional y sin caer nunca en la dulcificación o resultar empalagosa. Me ha recordado a mis sesiones de psicoanálisis en que había que limitarse a contar escenas de la vida cotidiana y diálogos, que iban y venían por asociación libre. Eso parece que hace el autor, a través de una aparente asociación libre - que en realidad seguro que está muy meditada - va desgranando todo lo que pasa entre las dos familias, dando saltos adelante y atrás en el tiempo.
Los personajes
Miren - La matriarca de la familia del etarra. La madre de Joxe Mari - el etarra - pero también de Gorka y Arantxa. La mujer de Joxian. La madre que sería el paradigma de "la que manda en casa es la mujer" llevado a un extremo. Es la que "lleva los pantalones", la que es capaz de adherirse sin miramientos al fascismo y "la causa de la lucha armada" como excusa soterrada que dignifica a la figura del hijo etarra y la convierte en héroe de su patria. La madre cuya radicalización llega a un punto que su marido y sus hijos le tienen miedo; hasta el extremo de que cuando Joxe Mari lleva 17 años en la cárcel y la soledad del aislamiento empieza a secarle y reblandecerle, y el arrepentimiento sobrevuela por el cielo de su celda, la madre resulta ser una traba mental para el hijo. Y es que después de haber estado visitándole una vez al mes a la cárcel durante todos esos años, desde el País Vasco hasta Andalucía, haciendo viajes interminables y fatigosos en autobús, y permaneciendo todo ese tiempo inquebrantable y presumiendo de hijo fuerte que ama y está entregado a la patria, ¿cómo podría Joxe Mari atreverse a confesarle su arrepentimiento?
Joxian - El padre de Joxe Mari, Gorka y Arantxa, el que fue amigo íntimo del Txato, con el jugaba al mus en el Pagoeta y salía a practicar ciclismo los domingos; el trabajador de la fundición, el hombre de pocas palabras, el que tiene fuerza física pero poca fuerza mental y el que cuando comienzan a aparecer pintadas en el pueblo sobre "Txato traidor" dejará de hablar con el Txato. Cobarde con su amigo y cobarde con su mujer, a quien no es capaz de pararle los pies y delante de quien no se atreve a llamar a las cosas por su nombre. La huerta y el vino serán sus refugios.