"Elegiré amigos entre los hombres, pero no esclavos ni amos.
Elegiré sólo
a los que me plazcan, y a ellos amaré y respetaré,
pero no obedeceré ni
daré órdenes.
Y uniremos nuestras manos cuando queramos,
o andaremos
solos cuando lo deseemos"
Como no podía ser de otra manera, una de las entradas
iniciales de mi blog tenía que ser sobre la filósofa y escritora rusa Ayn Rand.
Nacida en San Petersburgo y perteneciente a una familia judía – no practicante -, vivió la revolución
bolchevique de 1917, a
partir de la cual, detestó Rusia. Su padre sufrió la expropiación de su
farmacia y las condiciones de vida de la familia se vieron muy mermadas.
Después
de estudiar filosofía e historia, se matriculó en el Instituto Estatal de Artes
Cinematográficas; conocía Nueva York por su gran afición al cine y siempre tuvo
claro que emigraría a Estados Unidos.
Los acontecimientos vividos le sirvieron
de inspiración para crear su novela Los
que vivimos (1936) de la que ella mismo dijo que era la más autobiográfica.
La protagonista de esta novela – Kira
Argounova – es una estudiante de ingeniería que vive la revolución bolchevique
en la universidad y tiene que asistir obligatoriamente a cursos sobre mujeres
proletarias y analfabetismo, sobre el camarada Lenin, etc. Su espíritu tremendamente
independiente le generará un enorme conflicto con el sistema comunista que se
impone en Rusia. Sintiendo que le espera una existencia sin perspectivas y para
poder cumplir su ideal de vida, intenta salir de la Unión Soviética.
En esta novela
deja claro uno de los temas que abordará de forma continuada en su obra y es la
lucha del individuo contra el estado, la lucha contra el colectivismo. Con este
libro, no sólo denuncia el sistema comunista ruso sino que quiere ir más allá y
mostrar su total desacuerdo con cualquier sistema totalitario que proclame un
modo de vida en el que los intereses de la colectividad hagan que el individuo
deba sacrificar sus propios intereses.