lunes, 29 de julio de 2013

Léolo: ¿Cuándo vas a bajar de las nubes?


Leo Lauzon es un niño que se hace llamar Léolo Lozzone. Sus investigaciones le han hecho concluir que su verdadero padre es italiano; no es ese gran padre gordo, pordiosero, que usa camisetas de tirante blanco con cara rechoncha y una suciedad permanentemente impregnada. 

En una entrada anterior, hablaba de dime quiénes son tus padres y tus hermanos y te diré quién eressin embargo, parece que en algunos momentos de la vida de alguien, y en este caso, de Leólo, se da la fantástica circunstancia de que, sin saber cómo, un libro cae en las manos de un niño cuya familia está desquiciada y que sólo consume tele y publicidad, para poder salvarle; permitirle soñar con otros mundos y pensar que "porque sueño, luego no lo estoy, porque sueño, luego no estoy loco".



La madre de Léolo es una mujer gorda, fuerte y sucia que desde que Léolo está en la misma escupidera, le acompaña cada día en el baño, sentada en el WC y mostrándole a Léolo, que se sienta en la escupidera frente a ella, sus tremendas piernas celulíticas mientras él llora desconsolado; y es que en la familia de Léolo, el padre lleva hasta el último extremo una instrucción dada por la abuela del niño. Ella le dijo que expulsar mierda es salud - razón no le falta - pero esta máxima debió penetrar profundamente en el cerebro reptiliano del padre de Léolo, quien cada viernes, reparte laxantes entre sus cuatro hijos y observa la mierda que cada uno expulsa. Tal es la obsesión del padre, quien sin embargo no se preocupa de su consumo compulsivo de helados, que Léolo hace tratos con su hermana, a quien le deja cuidar sus bichos a cambio de que ella gustosamente le deposite sus excrementos - y tengo que mencionar este tema escatológico - en una cajita. Luego Léolo, religiosamente, los verterá en el WC y los mostrará a su padre, quien se sentirá tremendamente orgulloso de la "fantástica" salud que parece mostrarle Léolo.


Léolo es un salto evolutivo en su familia. Ayudaba a su hermano mayor con los periódicos hasta que un chulillo de barrio con boina, le rompió la nariz al hermano por hacerle la competencia en su barrio y le obligó a no aparecer más por allí. Léolo, que parece tener cierta brillantez o claridad mental, concluye, tras ver cómo a partir de esa escena su hermano se vuelve un "talibán" desarrollando su musculatura, que el miedo puede convertirse de repente, en la causa o el motivo sobre el que orientar una vida o condicionarla. Eso creía yo también, hasta que pasan unos años y Léolo y su hermano musculado se encuentran de nuevo con el de la boina. Léolo siempre había imaginado que con la fuerza de su hermano, no tendría ningún problema en la vida pues siempre le defendería con sus grandes músculos; sin embargo, para sorpresa de Léolo y del propio espectador - para mi fue una sorpresa al menos - el hermano musculado vuelve a sufrir la misma paliza. Léolo emite otra conclusión más desarrollada si cabe y es que el miedo reside en los más profundo de uno y aunque su hermano haya desarrollado músculos, el miedo sigue ahí.

Otra hermana trastornada y un abuelo que paga a una jovencilla - Bianca, vecina y amor platónico de Léolo -  por enseñarle las tetas son otros de los personajes que pasan por la película.

Una música y unos escenarios que impregnan la historia de pestilencia y decadencia. Originalidad no le falta. Léolo es una película franco - canadiense de 1992 dirigida por Jean Claude Lauzon. Es una adaptación libre de la novela el Valle de los Avasallados, del escritor canadiense Réjean Ducharme. Esta película recibió el premio Espiga de Oro del Festival de Cine de Valladolid en 1992, Mejor Película Canadiense en el Festival Internacional de Toronto y Mejor Guión Canadiense en el Festival Internacional de Vancouver. 


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