viernes, 22 de noviembre de 2013

Relato 1: El viaje a Copenhague

Kira estaba sentada en la tapería de la placita de Fuencarral; además de por la comida y la decoración, le gustaba porque en verano, con el riego por aspersión, emitía un vapor que refrescaba su piel en el ambiente caluroso de la capital y en invierno, por sus velitas y esas estufas móviles en forma de farola que le permitían estar en la terraza a pesar del frío. Se sentó en la mesa próxima una parejita que rondaba la treintena.
¿Te parece bien si pedimos una botella de Palacio de Bornos,  Cristina? – preguntó él. Es de Rueda.
Sí, no lo he probado – dijo Cristina -. Mientras él pedía la bebida, ella revisaba la carta y aprovechaba para sacar un espejito redondo que se había comprado en la tienda del Thyssen hacía poco tiempo. Se revisó la cara y el peinado, guardó su espejo y le dijo a Rubén – así se llamaba él – qué platos le gustaban de la carta.

¿Te atreves a pedir “huevos a la flamenca en papillote”?, dijo Rubén. Ella aceptó. Él le contó que ese verano iba a visitar Dinamarca. Copenhague había sido elegida capital verde europea para 2014 y como estudiante de arquitectura, sus padres le habían animado a visitar la ciudad, además de por su interés general, por su interés arquitectónico y por las nuevas tendencias que podría conocer con la visita. Su padre tenía un colega arquitecto – Rubén seguía la tradición familiar – que le ofrecía la posibilidad de realizar unas prácticas en Copenhague. A Cristina le encantaba escuchar a Rubén; pensaba que tenía mucho carisma. Cristina le iba a contar que ella ese verano se quedaba en Madrid, que le habían llamado para una sustitución en una guardería pero pensó que eso no era tan interesante como lo de Rubén y siguió escuchándole atentamente, mientras él servía el vino y preguntaba al camarero qué pasaba con las tapas que tardaban tanto.
A Kira le encantaba escuchar este tipo de conversaciones. Pensaba que casi siempre se repetían los mismos patrones. No es que Kira fuese cotilla sino que le encantaba observar el comportamiento humano. Era ingeniera y trabajaba en una empresa de energías renovables. Sin embargo, las inquietudes humanistas siempre habían estado presentes y se había decidido a estudiar, por puro placer, filosofía.
Te podías venir a Copenhague conmigo este verano. Mientras que yo estuviese haciendo las prácticas, tú podrías conocer la ciudad por tu cuenta o apuntarte quizá a algún curso que te pudiera interesar o simplemente, disfrutar de un verano sabático, le dijo Rubén.
No puedo. Este verano voy a hacer una sustitución en la guardería del barrio de mi amiga Eva.
Ah bueno, pues entonces nada. ¿Sabes que el tío con el que voy a hacer prácticas ha participado en el proyecto del Contemporary Art Center Nikolaj? Es un centro de arte contemporáneo que usa el antiguo edificio de la iglesia de Sankt Nikolaj Kirke.
¡Oh vaya! Suena fabuloso. Seguro que aprenderás un montón. Comentó ella muy efusiva.
Y Kira se acordó de cuando ella una vez en su adolescencia se atrevió a contar a su amiga Elena que se había enterado que le gustaba a Jaime y Elena, despreciando ese momento tan especial para Kira – siempre había pasado desapercibida -, había continuado contando su intercambio en 1º BUP a Inglaterra. Ojalá Cristina encuentre su propio camino, pensó Kira. Y se marchó escuchando en su mp3 un corazón lleno de escombros de Julio de la Rosa.

(*) Nota: Hoy 22 de noviembre, la Pecera cumple un año desde su creación. Para celebrarlo, he decidido atreverme a publicar relatos propios. "Perseguir las estrellas para no acabar como un pez en una pecera". Hay que atreverse. 

6 comentarios:

  1. Felicidades por tu 'primer' año Paz,espero que seas un poco más prolífica con los relatos que con los post,siempre es un placer leerte,me parece estupendo que compartas tus creaciones,totalmente in.B

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  2. Gracias Carlos. Me da bastante vergüenza, pero es un sueño...hay que arriesgar de vez en cuando. B.

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  3. Buenas!! Enhorabuena por tu primer aniversario!! Y que cumpla muchos más! jeje. Por cierto, me ha gustado el relato! A ver si publicas alguno más! Besotes.

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