viernes, 15 de enero de 2021

Un tranvía llamado deseo de Elia Kazan


Esta semana he tenido la posibilidad de ver unas cuantas de películas clásicas. El confinamiento es lo que tiene. Esta entrada va dedicada a una de ellas. Un tranvía llamado deseo (1951) del director Elia Kazan. Una adaptación de la obra de Tennessee Williams con la que ganó el premio Pulitzer en 1948. La película fue nominada a 12 premios Óscar, logrando 4; 3 de ellos para sus actores protagonistas. El único que no se lo llevó fue Marlon Brando que competía ese año con Humphrey Bogart con la película La reina de África.

La película también obtuvo otros premios como Globo de Oro para mejor actriz de reparto para Kim Hunter,  el Premio Especial de Jurado y mejor actriz para Vivien Leigh en el Festival de Venecia, Mejor película, mejor director y mejor actriz para Leigh en el Círculo de Críticos de Nueva York y mejor actriz británica para Leigh en Premios BAFTA, además de otras nominaciones.

La película

Stella Dubois y Stanley Kowalsky son una pareja enamorada que vive en Nueva Orleáns y espera un hijo. Stella es feliz, alegre, apasionada y con los pies en la tierra. Stanley, obrero de origen polaco - interpretado por un guapísimo Marlon Brando - es un hombre de maneras bruscas y violentas y de una elevada inteligencia natural. Salvaje, lúcido, observador y extremadamente hábil usando el sarcasmo. Determinadas circunstancias obligan a Blanche Dubois, la hermana de Stella, a ir a vivir a la casa de la pareja perturbando sus rutinas. 

Stella ha sido una profesora de lengua y literatura, venida a menos por diferentes circunstancias. Es una mujer madura que lleva mal la decadencia que suele producir el paso de los años. Su extrema vanidad le impide ser ella misma y le ocasiona una gran cantidad de problemas y conflictos internos. Stella y Blanche proceden de una distinguida familia sureña que se arruinó. Sin embargo, Blanche, muy amiga de las apariencias, que quiere demostrar ser una dama refinada, se niega a "rebajar" su distinción. Es altiva, impostada, frustrada y muy atormentada. Le gustaría estar en la élite y va cargada de su baúl de vestidos esplendorosos, joyas y de mentiras que emplea para mantener su "dignidad". 

Película en blanco y negro, amenizada con un jazz sinfónico de fondo - compuesto por Alex North -. Rodada prácticamente por completo en el interior de la casa de Stella y Stanley. Una especie de antro sucio, desordenado y oscuro que logra generar esa atmósfera opresiva, agobiante y tensa, con una intensa carga sexual muy poderosa, a lo que se suma la insuperable interpretación de sus actores. 

Los actores

  • Kim Hunter - Interpreta a Stella. Obtuvo también un Óscar y un Globo de Oro por esta película.
  • Marlon Brando - Es Stanley Kowalsky. Absolutamente terrenal hasta el punto de predominar lo animal. Me quedo con esa escena en que aparece en pijama. Atractivo a rabiar.
  • Vivien Leigh - Con su interpretación de Blanche consiguió su segundo Óscar tras el que obtuvo por interpretar al personaje de Scarlet O´hara con Lo que el viento se llevó. Es el personaje opuesto a Stanley Kowaslky. Demasiado literaria. Celestial y desequilibrada. 
  • Karl Malden - Interpreta a Mitch. Un amigo de Stanley que tratará de seducir a Blanche mostrando su lado amable y cortés pero que también muestra sus instintos más primarios. Karl Malden recibió un Óscar también por esta interpretación. 

Por cierto, al verla, me acordé de la película de Woody Allen, Blue Jasmine. Demasiados paralelismos. Si nos pusiéramos a interpretar ambas películas desde el punto de vista del psicoanálisis tendría su aquél. Lo pensé en esa escena en la que Blanche le está diciendo a su hermana Stella que está más gorda. 

Si tiene la oportunidad, no se la pierda.

Lo escribe: PAZ HERNÁNDEZ PACHECO




viernes, 8 de enero de 2021

Un amor de Sara Mesa o cuando el ego te ciega

He empezado este 2021 leyendo el libro "Un amor" de Sara Mesa. No conocía nada de esta autora. Madrileña nacida en el año 1976; de niña se trasladó a Sevilla con su familia. Autora de relatos y novelas como "Cuatro por cuatro", "Cicatriz" - que recibió el premio El Ojo Crítico de Narrativa -, "Un incendio invisible", "Cara de pan" y "Mala letra". También ha escrito el ensayo "Silencio administrativo". Título que me atrae y que a veces, sufro. Hizo periodismo y filología hispánica. 

Abro paréntesis. Recuerdo esa vez en que, justo en Sevilla, con mi hermana, nos encontramos a Nacho Vegas - cuando me gustaba, por un bar de la Alameda, después de haber asistido a un concierto suyo - y nos atrevimos a saludarle y le dije: "Se nota que has estudiado filología hispánica". Disculpen. A veces me dan ramalazos aparentemente repelentes pero no son más que el fruto de mi loco entusiasmo pasajero que despunta en ocasiones como una ráfaga. Cierro paréntesis. 


La novela

Nat es una joven traductora que aterriza en uno de esos municipios clasificados hoy como "rurales". Concretamente, en la Escapa. Allí decide alquilarse una casa inhóspita pero asequible. El casero es un señor tosco y maleducado que pronto se hará notar. En la Escapa viven algunos personajes que podrían parecer estereotipados. 

En algún momento sospeché sobre si esto no sería algo parecido a esa serie llamada "El pueblo" que he visto anunciar alguna vez en TV. Ésa en la que sale Santi Millán interpretando a un urbanita hippie que llega "Al pueblo" a crear una "ecoaldea". No sé cómo se habrá documentado el que haya hecho esa serie pero personalmente, me provoca mucho rechazo, por no escribir otras cosas. Más que nada porque parece que los "cosmopaletos" de la city vienen al pueblo a descubrir las américas. De hecho, en la novela está Píter, el hippie. 

Aparece también la chica de la tienda, la vieja típica pero, para mi grata sorpresa, aparece un personaje que sí me ha llamado la atención y generado interés. Precisamente porque derrumba los estereotipos que están tan impregnados en Nat; que me atrevo a afirmar con conocimiento de causa que son los mismos que los que tienen muchas mujeres con estudios universitarios de la posmodernidad, ejem. Es Andreas. Un alemán que es observado con suspicacia por el vecindario. 

Andreas le hará una propuesta original a Sara. El que "sólo" parece un hombre con huerto que arregla goteras resulta ser mucho más que eso; para asombro y desconcierto de Nat. La relación que se establece entre los dos y su evolución, desde mi punto de vista, está muy bien conseguida. Y también el ambiente que se intuye de la Escapa. Los silencios, los prejuicios, la exclusión del diferente y todo esa atmósfera opresora que puede alguien sufrir en un contexto geográfico similar. Ahí está Andreas. La representación del individuo libre que está muy encima del colectivo opresor. Lo honesto. Lo cabal. Diría que lo racional. Seguramente hay quien difiera conmigo por la propuesta puntual que Andreas le hace a Nat; pero no le puso una pistola en la cabeza. Fue un acuerdo voluntario.

Una novela cortita que puede gustarle si quiere algo que se salga de lo decimonónico y le apetece disfrutar de una escritora deliciosa.

Lo escribe: PAZ HERNÁNDEZ PACHECO




lunes, 4 de enero de 2021

Lecturas de 2020 con ranking "estrellado"

Como he hecho en los años 2019, 2018 y 2017, vuelvo a compartir mi particular ranking "estrellado". 

De esta lista destaco 4 libros. Cartas a Lucilio de Séneca - que he vuelto a leer -, el infinito en un junto, de Irene Vallejo, Una hora de España, de Azorín y el diario de la felicidad, de Nicolae Steinhard. Muy recomendable este último. Primer contacto con este autor de Rumanía. Muy apropiado, más, considerando los tiempos que corren...

Feliz año 2021.