viernes, 8 de enero de 2021

Un amor de Sara Mesa o cuando el ego te ciega

He empezado este 2021 leyendo el libro "Un amor" de Sara Mesa. No conocía nada de esta autora. Madrileña nacida en el año 1976; de niña se trasladó a Sevilla con su familia. Autora de relatos y novelas como "Cuatro por cuatro", "Cicatriz" - que recibió el premio El Ojo Crítico de Narrativa -, "Un incendio invisible", "Cara de pan" y "Mala letra". También ha escrito el ensayo "Silencio administrativo". Título que me atrae y que a veces, sufro. Hizo periodismo y filología hispánica. 

Abro paréntesis. Recuerdo esa vez en que, justo en Sevilla, con mi hermana, nos encontramos a Nacho Vegas - cuando me gustaba, por un bar de la Alameda, después de haber asistido a un concierto suyo - y nos atrevimos a saludarle y le dije: "Se nota que has estudiado filología hispánica". Disculpen. A veces me dan ramalazos aparentemente repelentes pero no son más que el fruto de mi loco entusiasmo pasajero que despunta en ocasiones como una ráfaga. Cierro paréntesis. 


La novela

Nat es una joven traductora que aterriza en uno de esos municipios clasificados hoy como "rurales". Concretamente, en la Escapa. Allí decide alquilarse una casa inhóspita pero asequible. El casero es un señor tosco y maleducado que pronto se hará notar. En la Escapa viven algunos personajes que podrían parecer estereotipados. 

En algún momento sospeché sobre si esto no sería algo parecido a esa serie llamada "El pueblo" que he visto anunciar alguna vez en TV. Ésa en la que sale Santi Millán interpretando a un urbanita hippie que llega "Al pueblo" a crear una "ecoaldea". No sé cómo se habrá documentado el que haya hecho esa serie pero personalmente, me provoca mucho rechazo, por no escribir otras cosas. Más que nada porque parece que los "cosmopaletos" de la city vienen al pueblo a descubrir las américas. De hecho, en la novela está Píter, el hippie. 

Aparece también la chica de la tienda, la vieja típica pero, para mi grata sorpresa, aparece un personaje que sí me ha llamado la atención y generado interés. Precisamente porque derrumba los estereotipos que están tan impregnados en Nat; que me atrevo a afirmar con conocimiento de causa que son los mismos que los que tienen muchas mujeres con estudios universitarios de la posmodernidad, ejem. Es Andreas. Un alemán que es observado con suspicacia por el vecindario. 

Andreas le hará una propuesta original a Sara. El que "sólo" parece un hombre con huerto que arregla goteras resulta ser mucho más que eso; para asombro y desconcierto de Nat. La relación que se establece entre los dos y su evolución, desde mi punto de vista, está muy bien conseguida. Y también el ambiente que se intuye de la Escapa. Los silencios, los prejuicios, la exclusión del diferente y todo esa atmósfera opresora que puede alguien sufrir en un contexto geográfico similar. Ahí está Andreas. La representación del individuo libre que está muy encima del colectivo opresor. Lo honesto. Lo cabal. Diría que lo racional. Seguramente hay quien difiera conmigo por la propuesta puntual que Andreas le hace a Nat; pero no le puso una pistola en la cabeza. Fue un acuerdo voluntario.

Una novela cortita que puede gustarle si quiere algo que se salga de lo decimonónico y le apetece disfrutar de una escritora deliciosa.

Lo escribe: PAZ HERNÁNDEZ PACHECO




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