lunes, 26 de enero de 2015

El día de la independencia de Richard Ford o sobre el inevitable paso del período de existencia al de permanencia


Lo cierto es, sin embargo, que sabemos poco de los demás y no podemos enterarnos de mucho más; aunque pasemos tiempo con ellos, oigamos sus quejas, montemos en la montaña rusa con ellos, les vendamos casas, nos preocupemos por la felicidad de sus hijos, pronto les veremos desaparecer para siempre. Unos perfectos desconocidos.

La novela

Frank Bascombe, el afamado periodista deportivo, es ahora, en esta segunda parte de la trilogía, un agente inmobiliario que pasa de los 40 años. Divorciado de Ann, con dos hijos - Paul y Clarissa - y un hijo muerto - Ralph -, sale con Sally, con quien mantiene una interesante y dispersa relación, sin implicarse en exceso, o sin implicarse como se suelen implicar todas las parejas habitualmente. Frank tiene una visión del mundo que parece haberla construido a partir de diferentes estudios estadísticos y sociológicos. Tiene cierta deformación profesional, pues en el sector inmobiliario, para poder realizar buenas ventas, se usa bastante la estadística y el personaje hace descripciones de su entorno y todo lo que ocurre como si todo fuera terriblemente previsible; según se espera por las estadísticas. La novela está narrada en primera persona.

Frank se encuentra inmerso en lo que él define como el "período de existencia", una etapa cuyo objetivo es no pensar demasiado y tratar de alcanzar un estado carente de dolor.

El 4 de julio se celebra el Día de la Independencia y Frank quiere llevar a su hijo adolescente Paul a visitar el Salón de la Fama; sin embargo, y al contrario de lo que solía comentar Hannibal en el Equipo A, no siempre salen bien los planes. 

La novela trascurre en cuatro días y es bastante extensa. Quizá la intención del autor es mostrar únicamente la vida de una persona de clase media en Estados Unidos en los años 90. Al ser narrada en primera persona, uno puede conocer perfectamente la personalidad de Frank y su visión respecto al resto de personajes que van apareciendo por la novela. Una visión, que como digo, está muy basada en las estadísticas y por tanto, en las generalizaciones. Se sabe que las generalizaciones y clasificaciones nos sirven para sobrevivir porque si no, no podríamos procesar tanta información. No sé si será por este motivo, o simplemente, porque es la forma en que el autor consigue que los lectores se hagan una idea del clima social en el que se mueve Frank, por lo que se hace uso de tanta generalización. Quizá es que tiene razón el autor al expresar todo eso y es que todo se resume en sota, caballo y rey. 

Aunque el autor parece querer seguir anclado en su "período de existencia", el mundo y las circunstancias que vive, le invitan a pasar al "período de permanencia", la siguiente etapa que se vislumbra más cruda.


No hay comentarios:

Publicar un comentario