lunes, 21 de septiembre de 2015

Red Army o sobre el ruso que se atrevió a enfrentarse al sistema soviético


La semana pasada fui a ver la película documental Red Army (2014) - El ejército rojo - del director Gabe Polsky, cuyo título continúa con La guerra fría sobre el hielo.

Red Army hace referencia al equipo de hockey sobre hielo ruso que hizo historia y acogió a los mejores, entre ellos, los conocidos como los 5 rusos. La película es narrada desde la perspectiva y experiencia vivida por Fetisov, uno de esos 5 rusos cuyo dominio del hockey fue reconocido mundialmente. Destacando especialmente entre los años 70 y 90, fue uno de los primeros rusos que expresó su deseo voluntario de irse a jugar a EEUU. De este modo, pasó de ser considerado un héroe nacional a ser condenado como un enemigo político del régimen de la URSS que se había encargado de relacionar directamente el insuperable equipo de hockey nacional con el aparente poderío de la Unión Soviética en el mundo. 

Condenados a pasar 11 meses de sus vidas en un campamento entrenando 4 veces al día y con un único mes como posibilidad para "descansar" y poder visitar a sus familias, en uno de esos primeros viajes que experimentaron como jugadores rusos contra jugadores estadounidenses, sonó el click. Otras formas de vida eran posibles, otros jugadores sí tenían sus casas, sí vivían con sus familias, sí ganaban mucho dinero mientras que ellos cumplían años jugando y apartados en el campamento de entrenamiento. Una vez visto que otra vida era posible, ¿quién no querría emigrar a los EEUU? ¿Quién no querría que la Unión Soviética dejara de parasitarles su dinero? Comienzan a llegar las ofertas de EEUU y los 5 rusos van aceptando - seguir con el parasitismo -. La URSS se quedaría con el 90, 80, 70% de sus sueldos y ellos con el resto mientras que Fetisov fue capaz de permanecer firme, negándose a que la URSS se quedara con su dinero y sufriendo las consecuencias de su postura. Reuniones con el Ministro de Defensa y alguna que otra paliza en la fría madrugada rusa. Llegó Gorbachov y la Perestroika - la reestructuración -, pasando del régimen comunista a una economía de mercado socialista en el año 1987. Fetisov pudo libremente irse a jugar a EEUU, un camino que tampoco le resultó fácil pues en EEUU veían a los jugadores rusos como rivales, como amenaza. Finalmente, pudo triunfar y acabó de nuevo en Rusia fichado por Putin en 2002 como Ministro de Deportes hasta el año 2008.



La película no sólo es política, es también idiosincrasia. Es el ADN de los rusos, de los que personalmente siempre he pensado - estereotípicamente hablando - que son muy profundos en cualquier disciplina que abordan - en este caso, refiriéndome a la literatura, la música o el deporte ruso que son las disciplinas de ellos que más sigo -. El juego de los rusos - hockey - era superior al de cualquier equipo del mundo, destacando por su creatividad, su fluidez de movimiento; con entrenadores que estudiaban las técnicas propias del ajedrez y del ballet para extrapolarlas al hockey - el hockey como un arte -, con jugadores que se sorprendían ante el juego sucio, individualista y de golpes propios de los estadounidenses, etc.

No obstante, al final, y con los ciclos por los que pasa Fetisov, se ve que ni el patriotismo ruso ni el dinero americano son los caminos ideales. Totalmente recomendable.

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