sábado, 12 de octubre de 2013

Victoria de Knut Hamsun o cuando todo conspira para que un amor verdadero no se materialice


“Nunca consigue uno a la mujer que debería tener; pero si ocurre una sola vez por pura y maldita justicia, ella muere enseguida. Siempre surgen problemas, Y entonces el hombre se ve obligado a buscar otro amor de la mejor clase posible y no tiene por qué morir a causa de ese cambio. Se lo digo yo, la naturaleza es tan sabia que el hombre puede soportarlo perfectamente. Míreme a mí”

La semana pasada escribía sobre Hambre de Knut Hamsun y parece que me ha conquistado aunque puede que sólo se deba a que simplemente me apetece seguir leyéndolo. Me parece que escribe demasiado bien. Victoria es otra de las novelas de Knut Hamsun, escrita en 1898, cuando Hamsun tenía 39 años y regresaba de su época en América. 

Los protagonistas del libro son Johannes y Victoria. Johannes es el hijo del molinero y Victoria es la hija del propietario del castillo, para el que el padre de Johannes trabaja. Podría parecer que es una típica novela de amor romántico y sí, es amor romántico, pero no es típica novela. Está llena de matices, silencios colocados de manera exquisita y un profundo análisis psicológico de los personajes. 

Johannes y Victoria se conocen desde pequeños. Han vivido horas de juego juntos y paseado por el campo. Siempre se amaron desde lo más profundo, pero los convencionalismos sociales de la época o sus propias creencias limitantes - o las dos cosas - impedían una y otra vez que este amor, lleno de tanta pureza, se terminara de materializar y se convirtiera en ese amor completo, compuesto de intimidad, pasión y compromiso. En el medio de ellos se encuentran Otto, que pertenece a la clase social de Victoria y Camila, que se cruzará en la vida de Johannes.

Igual que en hambre, el protagonista, Johannes, quiere ser escritor. Hamsun relata la vida de ambos dos, en etapas que están llenas de cortes en el tiempo, pero redactadas de tal manera que uno puede imaginarse bastante bien la vida de ambos personajes durante los años no narrados. 

Se van produciendo cambios en sus vidas pero hay algo que siempre permanece, y es el amor que se profesan. Johannes se convierte en un escritor que a fuerza de perseverancia, y por su propio talento también, consigue hacerse un hueco y comenzar a publicar. Victoria es presentada como una mujer delicada, refinada, algo bucólica, angelical, como si fuera una de esas mujeres que estuvieran hechas para ser observadas y no poseídas. Johannes nunca pierde la esperanza y no comprende el comportamiento de Victoria. Victoria ama profundamente a Johannes pero casi siempre termina por mostrarle cierta indiferencia, que no es más que pura apariencia. Este comportamiento se comprenderá al final de la novela.

Leyendo este libro me acordé de Kierkegaard y su obra In vino veritas, donde varios hombres se juntan a beber vino alrededor de una mesa y a hablar del amor, resultando que ése que no tiene experiencia práctica en el amor, sabe mucho más que el resto, sobre lo que es el verdadero amor. Esta novela de Hamsun muestra precisamente eso. El amor puro que no llega a ser materializado pero que no por ello, no deja de ser amor, yo diría, en su máxima esencia. 

Esta obra está enmarcada dentro del pesimismo de finales del siglo XIX. Con su obra, Hamsun parece mostrar - y digo parece, porque éste es el segundo libro que leo de él - el desarraigo y la soledad del ser humano, desde un punto de vista próximo a lo radical, con influencias nietzchenianas. Desesperanza, fatalidad y dolor. No lo leas si no estás en tu mejor época.







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