viernes, 22 de enero de 2016

Toma el dinero y corre de Woody Allen o sobre el torpe y neurótico Virgil Starkwell


Creo que hasta la fecha no he publicado nada en el blog de Woody Allen; un tipo del que me encantaría ser amiga. No pudo ser cuando en las navidades de hace un par de años vino a Badajoz con su banda a tocar jazz en directo - evidentemente, bromeo con esto -. Los que me conocen, saben que en ocasiones pronuncio frases del tipo "me gustaría ser su amiga" ante personas que me llaman la atención (aunque sean famosos, je).

Aunque mi terapia psicoanalítica fue muy dura - una vez, alguien me dijo que ir a un psicoanalista era como ir a un dentista y sacarse una muela sin anestesia (y no le faltaba razón) - una de las cosas positivas que me ha reportado es que cuando veo una película de Woody Allen, noto y percibo claramente que él ha pasado por esa terapia (y me gusta; quizá estoy pecando en este caso de vanidosa).

Toma el dinero y corre - o take the money and run, aprovechando que he retomado inglés y que estoy practicando conversation con una canadiense - es la primera película que dirigió Woody Allen, además de escribirla y protagonizarla. Escribió el guión en 3 semanas. Muy grande.

La película

Virgil Starkwell es un delincuente que fracasa en todas sus "hazañas". Tuvo una infancia dura - como era de esperar -. Woody juega mucho con eso de "la profecía que se cumple a sí misma". 

Era torpe, pelirrojo y fracasado crónico. Lo de ser pelirrojo, lo reseño, porque a no ser que tus padres te hayan generado un apego seguro (cosa complicada porque es difícil que ellos lo tengan), debe ser difícil convivir con la masa de niños morenos, castaños y rubios que te rodean y bromean con tus pecas -. Ni os cuento ya si desde la infancia llevas gafas. No sé si os acordáis de la crueldad española: "Para qué corres, Juan Luis, si tu padre ya está muerto".

Virgil, quiso tener una carrera musical y no lo consiguió, y delinquiendo, tampoco logró hacerse rico; eso sí, llegó a ser elegido gánster del año. Su ineptitud no le impide, sin embargo, ser correspondido en el amor. Aparece Louise, una guapa y cándida mujer - su opuesta (o quizá, su "superyó") - , que ejerce su oficio de lavandera con un conocimiento profundo - muy superior al nivel de conocimiento del violonchelo de Virgil - y con mucha dignidad.

La película recoge muchas escenas cómicas que han pasado a la posteridad; como la de la entrevista de trabajo

Muy grande cuando saca los testimonios de esos padres avergonzados, que para no ser reconocidos como los padres de Virgil, salen escondidos tras esas gafas de pasta, cejas y narices postizas. 

Una peli muy divertida. Una buena opción para un viernes cualquiera por la noche. Además, puedes verla en youtube  :-)


Lo escribe: Paz Hernández Pacheco


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