viernes, 11 de enero de 2013

Los miserables y el individuo randiano


Una de las primeras entradas que hice para el blog fue sobre Ayn Rand y el egoísmo racional . Es una de mis filósofas favoritas y cuando supe que Víctor Hugo fue una de sus grandes influencias, opté por leer Los Miserables para seguir conociendo un poco a esta escritora y filósofa rusa. Tuve el placer de leer Los Miserables el año pasado y ahora mismo acabo de ver la película, dirigida por el ganador del óscar, Tom Hooper, el director de la película El discurso del rey. No soy aficionada a los musicales pero en mi opinión, esos diálogos cantados con la misma música siempre de fondo contribuyen a que el espectador en ocasiones se quede con ganas de más intensidad o que esté deseando que se termine la película, que dura casi tres horas. 

En mi opinión, el libro está muy por encima de la película - aunque suene al típico comentario "cultureta"-. No obstante, lo que me interesa comentar de esta historia que fue creada por Victor Hugo es el paralelismo que existe entre muchos de los personajes que posteriormente creó Ayn Rand en sus novelas y los personajes de Los Miserables. Jean Valjean, en los miserables, podría ser Howard Roark en el Manantial, de Rand.

La misma Ayn Rand, en la introducción de la traducción que hizo Lowell Bair de el noventa y tres de Victor Hugo dijo:


“La distancia entre su mundo y el nuestro es sorprendentemente corta (murió en 1885), pero la distancia que separa su universo del nuestro ha de medirse en años luz estéticos [...] No digas que las acciones de estos gigantes son “imposibles”, pues son heroicas, nobles, inteligentes y hermosas. Recuerda que lo cobarde, lo depravado, lo descerebrado y lo feo no son todo lo que le es posible ser al hombre [...] Descubrí a Victor Hugo cuando tenía trece años, en la sofocante y sórdida fealdad de la Unión Soviética. Uno tendría que haber vivido en algún planeta pestilente para comprender plenamente lo que sus novelas, y su radiante universo, significaron para mí entonces y significan ahora. Y el que esté escribiendo una introducción a una de sus novelas para presentarla al público americano tiene, para mí, un aire al tipo de drama que él habría aprobado y entendido. Él hizo posible que yo esté aquí y que sea una escritora”


 Los personajes

Jean Valjean: el protagonista de la obra. Es un hombre que ha pasado 19 años privado de libertad. Robó una hogaza de pan para un sobrino suyo que moría, a los 5 años intentó escapar y lo cogieron y estuvo 19 años viviendo situaciones de esclavitud total. Consiguió la libertad condicional y salió. Nadie le quería contratar en ningún sitio por su condición anterior y después de que Monseñor Myriel le diera una oportunidad para poder cambiar el odio que sentía hacia el mundo - por todo lo vivido - por el amor y el servicio a los demás, cambia de identidad, convirtiéndose en alcalde de un municipio, Madeleine. Siempre actúa de forma correcta - aunque experimenta numerosos conflictor morales - y será el padre adoptivo de Cosette. Aprende sobre el amor gracias a Cosette.

Javert: es el policía implacable. Va por el mundo intentando cumplir siempre con su deber y hacer "justicia" a su manera. Prácticamente, su vida la dedica a la persecución continuada de Jean Valjean. Cree que "un ladrón será siempre un ladrón". 

Fantine: trabajadora de una fábrica del pueblo de Madeleine. Tuvo un amor de verano del que tuvo una hija. Él se marchó en otoño y ella tuvo que dejar a su hija con los Thernandier. Trabaja para enviar dinero a los Thenardier y que cuiden de su hija. Cuando se descubre en su fábrica que es madre soltera, la echan como "apestada" y tendrá que perder su dignidad para conseguir dinero para su hija Cosette.

Cosette: vivió la explotación desde pequeña hasta que se encontró con Jean Valjean, conocido por ella como Madeleine. No conoce el pasado de su padre adoptivo y le acompaña en todas las huidas que va haciendo Jean Valjean para no ser capturado por Javert.

Marius: es un joven que lucha con sus amigos por la revolución del pueblo contra el rey. Se enamora de Cosette.

Los Thenardier: los propietarios de una taberna. Tienen una hija biológica, Eponina, y han recogido a Cosette de pequeña. El dinero enviado por Fantine para su hija Cosette, es empleado para Eponina mientras Cosette es explotada en la posada hasta ser rescatada por Jean Valjean.

Eponina: la hija de los Thenardier ha aprendido de sus padres la miseria, el engaño, los intereses, la mentira pero el amor que sentirá por Marius la convierte al final en heroína.

Víctor Hugo publicó esta novela en 1862, desde el exilio, tras el Golpe de Estado de Napoleón III. Volverá en 1870 cuando se proclama la Tercera República en Francia. Fue defensor de la democracia, de la abolición de la pena de muerte y quiso crear los Estados Unidos de Europa. Aunque fue publicada en 1862, el contexto histórico en que está la novela es anterior, en 1815. El autor presenta la sociedad francesa del siglo XIX a través de sus personajes; una sociedad llena de desigualdades, mostrando principalmente, las capas más pobres y profundizando en la forma de vida de "los miserables", esos mismos que luchan por la Tercera República, por la libertad y por una utopía que terminaría siendo realidad. La reinserción y la revolución por la libertad serán los dos temas principales de la novela.

Victor Hugo dijo de Los Miserables:
No sé si lo leerá todo el mundo, pero está escrito para todo el mundo. Está dirigido tanto a Inglaterra como a España, tanto a Italia, como a Francia, Alemania y también Irlanda, tanto a las repúblicas que albergan a esclavos como a los imperios que tienen siervos. Los problemas sociales traspasan las fronteras…”

La novela se basa en la idea de que cualquier persona puede alcanzar la perfección sobreponiéndose a sus circunstancias. La lucha entre el bien y el mal perseguirá todo el tiempo a Jean Valjean, el protagonista de la novela, en su relación con la sociedad. La misma idea que perseguía Ayn Rand en sus novelas cuando sus personajes se dividían entre individuos masa - lo que son los hombres - y los individuo randianos - lo que deberían ser. Una idea ciertamente romántica y a la vez peligrosa y revolucionaria; de hecho, los conservadores temían en su día el impacto social que podría generar la novela y el Vaticano la prohibió durante varios años. 



Víctor Hugo fue testigo del incidente con el que arranca la novela, en París, en 1845. Vio como arrestaban a un indigente por robar pan. Antes de publicarlo, Víctor Hugo dijo: "Estoy a punto de soltar al mar un leviatán". 

A los que se animen a leer el libro, les diría que persistan. Es un libro muy largo y con algunas descripciones iniciales que podrían invitar a cualquiera a dejarlo, pero merece la pena leerlo; de esos libros que marcan.



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