viernes, 31 de enero de 2014

La dulce de Dostoievski o el suicidio como solución al hastío vital y a la autocondena


No te molestes. No he destripado nada con el título de esta entrada. Lo del suicidio aparece al principio de la novela. 

La dulce es una novela corta que escribió Dostoievski en sólo dos meses del año 1876, un poco después de haber publicado Los demonios. Quería haber leído Memorias de la casa muerta y Humillados y ofendidos pero no estaban en la biblioteca, así que, me decanté por esta novelita que no me ha defraudado en absoluto. Ha cubierto mis expectativas, como me suele ocurrir con los rusos, incluso con los músicos rusos. 

La novela está escrita en forma de monólogo y el protagonista es un usurero que ronda los 50 y que vive atormentado, como otros personajes de Dostoievski. Es un anti - héroe. Acaba de encontrarse a su mujer muerta, y trata de poner en orden las ideas. Repasa su estancia en el ejército y cómo le expulsaron de él por no batirse en un duelo, cómo conoció a su mujer y cómo consiguió casarse con ella usando la miseria humana como arma para conseguirla, quien por otra parte, todo hay que decirlo, también fue consentidora de la situación. Ella - antes de casarse con el usurero - vivía con dos tías que se aprovechaban de ella, se estaba quedando sin dinero, e iba cada día con más frecuencia a ver al usurero y a tratar de venderle objetos para poder sobrevivir.

El protagonista narra la historia de ellos dos, de las dos habitaciones en las que convivían, de las infidelidades de su mujer con el hombre que quiso batirse en duelo con él y la sorna que tuvo que soportar por etiquetarle como cobarde, de la época en que dormían en camas separadas - ¡ay! ¡cuántos matrimonios habrá así! -, de los largos silencios en la pareja, etc. aunque eso parecía darle igual porque como él mismo dice en una parte de la novela "Soy un experto en hablar en silencio, toda mi vida he hablado en silencio. He vivido en silencio verdaderas tragedias. ¡Y es que yo también he sido un desgraciado. Todo el mundo me ha rechazado y olvidado, y eso nadie lo sabe!...-.

Y qué bien lo hace Dostoievski. Qué manera de centrarse en el azar, como hace mucha gente, de retratar tan bien el funcionamiento del cerebro y la asociación libre además de las mentes enfermas y tóxicas. El protagonista se fustiga durante un tiempo pensando en que si hubiera llegado cinco minutos antes a casa, su mujer no se habría podido tirar de la ventana. Y también, gracias al azar, Lukeria - una mujer que trabajaba para ellos - pudo salvarse de la acusación de asesinato. Pues justo cuando Lukeria entró en la habitación, la esposa se precipitó por la ventana, pero el azar quiso que hubiera vecinos asomados a las ventanas que fueron testigos de la situación. 

La dulce, según comentan en el postfacio, inspiró al director Robert Bresson para la película Une femme douce (1969) con Dominique Sanda y Guy Frangin como protagonistas. Te la recomiendo si te apetece leer algo cortito pero intenso.


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