miércoles, 30 de enero de 2013

Beethoven y Tolstoi: unidos por La sonata a Kreutzer

René François Xavier Prinet 
Sonata Kreutzer, óleo sobre lienzo. 1901.

En 1802, Ludwing van Beethoven compuso la Sonata para violín y piano n º 9 en La mayor, que fue conocida como la Sonata a Kreutzer. Contiene una parte de violín y otra de piano. Inicialmente, el violinista polaco George Bridgetower fue quien la ejecutó junto a Beethoven en su estreno, pero después de un concierto, Bridgetower hizo ciertos comentarios insultantes hacia una mujer que era amiga de Beethoven, y éste decidió eliminarlo de la dedicatoria de su pieza y lo cambió por Rodolphe Kreutzer, que era el que se consideraba mejor violinista en la época. Sin embargo, Kreutzer nunca la ejecutó, ya que la consideraba como intocable pero su nombre permanece unido a la pieza hasta hoy.
Esta pieza, que tiene una duración aproximada de 40 minutos, se compone de 3 movimientos:
  1. Adagio sostenuto - Presto - Adagio
  2. Andante con varizazioni
  3. Presto
El musicólogo y biógrafo francés Jean Chantavoine ha manifestado que se aprecia en esta sonata una “verdadera lucha cuerpo a cuerpo entre los dos instrumentos”. Y Emil Ludwig va más allá al escribir en su biografía de Beethoven que “representa, como ninguna otra sonata de violín, la atracción y el celo entre piano y violín; una atracción entre ambos sexos, pues se trata de una lucha erótica”.

 


Aprovechando el título de esta pieza y lo que sugiere, León Tolstoi, en 1889, escribe La sonata a Kreitzer, cuando vivía una crisis ética y personal y con el objetivo de poder revisar algunos de los principios morales que imperan en el mundo. Los valores del espíritu frente al impulso de las pasiones y los sentidos que en muchas ocasiones arroja al ser humano hacia el arrastre y la  depravación.

El protagonista del libro es Pozdnyshev, un señor que ha matado a su esposa infiel y que en un viaje en tren, le narra a su compañero su relación conyugal, queriendo hacer ver Tolstoi, a través de este personaje, la degradación a la que ha llegado una sociedad que está enferma.

En el inicio de la novela se puede leer el siguiente diálogo establecido entre Pozdnyshev y una mujer que viaja en el tren y defiende la idea del amor y el matrimonio:

- ¿Cuál es el amor..., el amor...que consagra...el matrimonio? - preguntó vacilando.
Al darse cuenta del estado de excitación de su interlocutor, la dama procuró contestarle con la mayor dulzura y claridad.
- El amor verdadero...Si ese amor existe entre un hombre y una mujer, el matrimonio es posible.
- Sí, pero ¿qué hay que entender por amor verdadero? - volvió a preguntar el señor de los ojos brillantes, intimidado y con una sonrisa forzada.
- Todo el mundo sabe lo que es el amor - replicó la dama, deseando, al parecer, poner fin a la conversación.
- Pero yo no. Habría que definir lo que entiende usted por ...
- ¿Cómo? Pero si es sencillísimo - exclamó la dama.
Pero se interrumpió, sumiéndose en reflexiones.
- ¿El amor? El amor es preferir un ser a todos los demás - concluyó al fin.
- ¿Por cuánto tiempo? ¿Por un mes? ¿Dos días, o media hora? - pronunció el hombre del pelo entrecano echándose a reír.
- Perdone, probablemente se refiere usted a otra cosa.
- Nada de eso, me refiero a lo mismo.

Pozdnyshev hace un repaso de cómo era él cuando era soltero, cómo veía a las mujeres, qué relaciones tuvo, para luego entrar a narrar la evolución que fue siguiendo su matrimonio, y que intuye, siguen todos los matrimonios - que acaban con resignación y odio interior, separación, enfermedad, suicidio y/o asesinato -. A su vez, hace una reflexión sobre la idea de que las mujeres han sido educadas para gustar a los hombres y también afirma que la sensación de haber encontrado a la mujer adecuada por consideraciones de afinidad espiritual es un parche a la verdadera razón de sentir ganas de tener más intimidad con ellas y que no es otra que su belleza asociada al deseo carnal. Hace un repaso habitual del camino que se espera sigan los matrimonios. El paso siguiente, tener hijos y que llegue un momento en que las conversaciones giren entorno a frases vacías como "¿Qué hora es? Hay que ir a dormir. ¿Qué vamos a hacer hoy? ¿Adónde iremos? ¿Qué dice el periódico? Hay que mandar a buscar al doctor. A Masha le duele la garganta", etc. Luego aparecen, según Pozdnyshev narra, las disputas y expresiones de odio por cosas sin importancia. Períodos de odio, períodos de "amor", semireconciliaciones relacionadas con el deseo carnal y todas aquellas pasiones y sentimientos que sacan las bajezas del ser humano.
La relación con la sonata de Beethoven se debe a que la mujer de Pozdnyshev,  toca el piano y aparece otro personaje, Trujachevsky, violinista y que el mismo Pozdnyshev describe como un hombre semiprofesional y semimundano. La evolución que sigue la sonata representa el auge y la decadencia del amor. La lucha que puede percibirse entre los dos instrumentos simboliza los celos que aparecen en las relaciones.

Cuando Tolstoi escuchó esta sonata, quedó impresionado y decidió escribir la novela mostrando la psicología del hombre celoso, que llega a ser realmente perturbadora. Pozdnyshev dice en el libro cuando oye interpretar esta sonata interpretada por su mujer y Trujachevsky:

“Esa sonata es terrible. En general, la música es terrible. ¿Qué efecto produce la música? ¿Y por qué actúa de este modo? Dicen que eleva el espíritu. ¡Es absurdo! No eleva el espíritu sino que lo estimula. ¿Cómo explicar esto? La música me obliga a olvidar la existencia, mi situación real; me transforma. Bajo su influencia me parece sentir lo que no siento, entender lo que no entiendo y ser capaz de hacer lo que no haría en condiciones habituales.”




La esposa de Tolstoi, Sofía Andreievna, se sintió aludida por esta novela y consideró que era una ofensa pública y gratuita. Esta obra llegó a ser prohibida en los Estados Unidos por obscena. No apta para idealistas y románticos.
























2 comentarios:

  1. Jajaja,pues entonces creo que me va como anillo al dedo,aunque no me suelen gustar los libros no contemporáneos P,me lo apunto.
    Genial como siempre,no sé de dónde sacas la inspiración.
    Una recomendación para el fin del amor matrimonial:"El gato" de George Simenon.
    B

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  2. Es algo perturbador ;-) Gracias por el comment y por la recomendación.

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