y otra el artificial.
Una cosa es el atractivo,
y otra el seductor.
Una cosa es el confiado,
y otra el arrogante.
Una cosa es el cortés,
y otra el agasajador.
Una cosa es el justo,
y otra el castigador.
Pero ante todo,
si se hace el interesante,
no me interesa.
Paz Hernández
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